24.5.2019 | PACO PASCUAL, PRESIDENTE DE SOCIDROGALCOHOL Y ASESOR TÉCNICO DE CAARFE
Es frecuente que muchos fumadores se planteen en más de una ocasión la necesidad de dejar de fumar o al menos el propósito de abandonar el hábito tabáquico.
Pero hay que tener en cuenta que los procesos farmacológicos y de comportamiento que determinan la adicción al tabaco son similares a los que determinan la adicción a las drogas como la heroína y la cocaína, por ese motivo lo más adecuado es acudir a un profesional en búsqueda de ayuda para abandonar el hábito.
Cuando un fumador inhala la nicotina, ésta va directamente a los pulmones y a la sangre. En siete segundos una cuarta parte de la nicotina ha llegado al cerebro, a través de la arteria pulmonar. Además, se trata de una droga psicoactiva y un potente reforzador conductual, capaz de producir severa dependencia química en el consumidor.
La nicotina es tan adictiva como la heroína o la cocaína y su adicción tiene una base neurobiológica, por lo tanto, podemos hablar de una enfermedad médica recogida como tal en la ICD-10 y DSM-V.
9.5.2019 | VICTOR MEIZOSO, Facilitador de ADIANTE
Es sabido por todas las personas profesionales que aportamos en el campo de la rehabilitación de las adicciones la importancia que las tomas de decisiones a lo largo de la vida influyen en la dirección hacia unos u otros resultados. Concretamente, la prevención, la anticipación, a través de la facilitación de herramientas eficaces y eficientes, debe ser misión en nuestro campo de trabajo. Bien ante una prevención de recaída, bien en la prevención pre-consumo.
Abrazar iniciativas como la del Gobierno de Canarias, primera comunidad en España que ha apostado por la obligatoriedad de la Educación Emocional en el currículo escolar, es de valorar y ensalzar, ya que junto a Reino Unido y Malta, aparecen como propulsores de esta obligatoriedad en el sistema reglado de la educación en la UE. Existen otras iniciativas, a nivel local, incluso regional pero sin el carácter obligatorio de los anteriores. No es misión en este artículo extenderse en detallar los resultados tan positivos contrastados que han arrojado a través de los innumerables estudios de la educación/inteligencia emocional (Mayer, Caruso y Salovey; Extremera y Fernández-Berrocal; Rafael Bisquerra; Fernández-Abascal, Palmero o Daniel Goleman, … por citar algunos) aunque sí la relación que existe entre las competencias socioemocionales y adicciones.
Estas competencias socioemocionales son un factor clave en la toma de decisiones, tanto a nivel preventivo como durante los procesos de rehabilitación de adicciones, y como tales se adquieren, son aprendidas y susceptibles de aprender. La educación mal llamada formal, ha sido y, es mientras no se “reconceptualice”, una fábrica de mano de obra donde se priman los conocimientos y lo memorístico, la competición frente a la cooperación, y ha aparcado la amplitud del concepto educación. La educación entendida como facilitadora no solo del saber y el saber hacer, sino además del saber estar, se trata de actitudes, de conductas y comportamientos. Lo que sentimos, condiciona e influye a todas ellas.
ÁNGEL FRAILE | TÉCNICO EN INTERVENCIÓN EN ADICCIONES DEL AYUNTAMEINTO DE ARNEDO, LA RIOJA Y ASESOR TÉCNICO DE CAARFE
29.4.2010 | Año 2019, vivimos en la llamada “sociedad de la información” y sin embargo seguimos manteniendo creencias que se transmiten culturalmente, sin pararnos a pensar con qué base científica o información cierta cuenta.
Hay algunos mitos que se perpetúan en el tiempo, sobre todo los relacionados con las drogas.
Los intereses económicos y consumistas son más poderosos que nuestro interés por la salud y el conocimiento, uno de los ejemplos más claros aparece en la asociación interesadamente mantenida entre el consumo de drogas y la sexualidad.
Los tabúes en nuestra cultura se siguen manteniendo.
La sexualidad que continúa dentro de la categoría de “tabú”, ya que aunque el acceso a contenidos explícitamente sexuales es mayor, los tabúes relacionados con ella siguen persistiendo en nuestra sociedad.
Fuera del “anonimato” de las redes sociales e internet, nos cuesta hablar libremente de nuestra sexualidad como de una parte más de nuestro cuerpo y de nuestro desarrollo.
La unión de estos dos conceptos, los mitos y los tabúes, nos conducen a las falsas creencias.
Falsas creencias como que el alcohol y las drogas son facilitadoras de la desinhibición con el objetivo de conseguir una pareja sexual, tanto en el cortejo, como en la propia práctica sexual.
Con esta creencia nuestros jóvenes y adolescentes se inician de forma precoz en ambos comportamientos, atraídos por la “información” transmitida por sus iguales a través delas redes sociales.
Nos olvidamos de transmitir de forma clara que la precocidad en las relaciones sexuales es en sí misma un riesgo que se incrementa cuando se asocia a consumo de tóxicos.
Que el consumo temprano de alcohol y otras drogas (antes de los 16 años), se relaciona con el inicio precoz de prácticas sexuales arriesgadas, sin protección y con un incremento en la probabilidad de contagio de enfermedades de transmisión sexual (que a pesar de no hablar de ellas, no significa que no existan, ni que estén erradicadas) y de embarazos no deseados en nuestras adolescentes y jóvenes.