Probablemente porque no se valoran las enfermedades producidas por el alcohol, tanto orgánicas como psiquiátricas, los accidentes de tráfico o domésticos, las reyertas, las separaciones matrimoniales, las repercusiones sobre la familia, especialmente entre los hijos, y un largo etcétera.
Creemos desde CAARFE que es importante que se promulgue una ley de protección al menor en cuanto al consumo de bebidas alcohólicas, pero que se corresponsabilice en ello a todos los sectores implicados. A todos.
Y que las medidas se amplíen a toda la población, debemos intentar que el número de adictos sea cada vez menor y que los recursos se adecuen a todas y cada una de las necesidades en todos los rincones de España.
Y que se dote presupuestariamente y con equipamiento a todos los recursos que trabajan en los distintos aspectos asistenciales, de prevención y reinserción, incluyendo los grupos de ayuda mutua que tanto y tan precariamente han dado respuesta a necesidades no cubiertas por la administración y aunque sabemos que las transferencias en estas responsabilidades están hechas a las distintas CC.AA., se exige de ellas una respuesta acorde a las necesidades.
Si la política de precios implica un incremento de impuestos debemos destinar un porcentaje importante que repercuta en dotar a estos recursos y dar cobertura a las personas y familias afectadas. No se puede permitir que se genere un problema al que luego se le dé la espalda.
Nos ofrecemos como interlocutores y garantes de un cumplimiento y cobertura en todo el territorio español, nos ofrecemos a colaborar en todo lo que sea mejorar la salud de los ciudadanos, nos ofrecemos a apoyar una ley coherente, pero también a exigir que se cumplan todas las normativas autonómicas y municipales al respecto.
Los problemas debemos enfocarlos de cara y ahí nos encontrarán, para ayudar. Con nuestro esfuerzo, voluntariedad y altruismo, pero sin falsas hipocresías.
El alcohol es una droga, el alcohólico un enfermo y como tal debemos actuar.